Admiro como tus dedos son capaces de inventar momentos únicos y cómo tus ojos pueden fotografiar instantes con tanto detalle. Haces que los colores emitan sonidos y que los sueños bailen en un trozo de papel. Eres capaz de teñir cualquier espacio y endulzar hasta lo más amargo. Es en tus bosquejos donde aterrizas, donde despegas.